¿Son los idiomas difíciles de aprender? ¿Qué idiomas son los más difíciles? ¿Es el alemán muy difícil, o no? El Español/Castellano, ¿es el idioma más difícil de aprender?

Mis alumnos me plantean a veces estas preguntas y otras similares en cuanto al grado de dificultad de los idiomas. Sinceramente, son preguntas difíciles de contestar. ¿Por qué?
Principalmente porque el aprendizaje de un idioma depende de tantos factores que no existen respuestas absolutas. Te los voy a nombrar:
- La similitud entre idiomas
- La motivación
- El tiempo invertido
- Las propias destrezas y la experiencia previa
- Las características propias de cada lengua
- El buen conocimiento de la propia lengua materna
LA SIMILITUD ENTRE IDIOMAS

La similitud entre idiomas es el primer factor clave para resultarnos fácil o difícil un idioma. Cuanto más parecido es un idioma a mi lengua materna, más lo entiendo por pura asociación.
¡Cuántas veces nos damos cuenta de lo fácil que suele ser entender a italianos o portugueses, por lo menos para personas que tienen como lengua nativa el castellano, catalán o gallego por ejemplo!
Lo mismo ocurre por ejemplo entre polacos y checos, alemanes y holandeses o daneses y suecos.
LA MOTIVACIÓN
Que una lengua te resulte fácil o difícil, también depende en gran parte de tu motivación por aprender un idioma. Una materia que aprendemos con ganas e ilusión nos entra con mucha más facilidad que otra que aprendemos a la fuerza.

Cuanto más claro tenga el objetivo, más empeño pondré y más fácil me resultará.
El japonés es considerado uno de los idiomas difíciles, pero si tengo pasión por la cultura japonesa, posiblemente estaré tan motivado, que aprenderé la lengua en poco tiempo.
Por ejemplo, yo aprendí el castellano a los 20 años, en la universidad de Berlín y en, relativamente poco tiempo; esto fue debido en gran parte, a mi motivación y el tiempo que invertí en aprenderlo.
EL TIEMPO INVERTIDO
Obviamente progresaré más rápido si invierto tiempo en mis estudios.
Tiempo invertido puede ser, tiempo de estudio en casa en forma de repasar vocabulario, de hacer ejercicios o de prepararse para exámenes, pero también lo es la charla en el bar, viendo películas y vídeos o leyendo libros en lengua extranjera.
Las estancias en los países de la lengua respectiva juegan un papel fundamental. Todo esto contribuirá a que el idioma me entre con más facilidad.
LAS PROPIAS DESTREZAS Y LA EXPERIENCIA PREVIA
La experiencia previa en el aprendizaje de otros idiomas es muy relevante. Cuanto antes haya empezado a aprender un idioma, más probable será que empiece con otro idioma a una edad más temprana.

Esto me ayuda a familiarizarme con la materia y cualquier idioma que aprenda más tarde, me resultará más fácil de aprender.
Aun así, hay mucha gente que aprende el primer idioma extranjero a edad de adulto; llegando incluso a menudo al pleno dominio de la lengua, superando sus dificultades.
Al aprender diferentes idiomas, llego a asociar las similitudes y diferencias entre ellos. Así puedo llegar a la conclusión, por poner un ejemplo, de que las frases condicionales funcionan del mismo modo en inglés que en francés.

Lo mismo pasa por ejemplo en la música. Cuando sabes leer partituras y tocas incluso varios instrumentos te mueves de tal modo en la materia que, sin duda, aprenderás otro instrumento musical mucho más rápido que un novato. El siguiente instrumento lo aprenderás en gran parte desde la asociación de lo aprendido anteriormente.
EL BUEN CONOCIMIENTO DE LA PROPIA LENGUA MATERNA
Incluso tener buenas nociones gramaticales del propio idioma es una gran ayuda para el aprendizaje de una lengua extranjera, lo cual no quiere decir que el no tenerlas tenga que ser un inconveniente. Siempre se pueden adquirir estos conocimientos más tarde.
Además, la gramática solo es un factor entre muchos. Algunas personas captan con más facilidad y rapidez las conversaciones que otras que se guían más a través de las estructuras gramaticales. Esto no quiere decir para nada que estas últimas sean menos aptas para aprender idiomas que las primeras.

De todos modos, es normal que nos cueste más aprender algo nuevo a edad más avanzada que de joven.
Desgraciadamente, a una edad más avanzada es bastante mayor también la probabilidad de considerarnos unos negados para aprender algo nuevo.
Y las profecías negativas hacen mucho daño. Nos aportan precisamente los resultados negativos que anticipamos. ¡Por eso es importante no caer en este error!
¿POR QUÉ NOS INTRIGA EL GRADO DE DIFICULTAD DE UN IDIOMA?
Entiendo el motivo de la curiosidad y el interés que nos hace preguntar si un idioma es fácil o difícil de aprender. Forma parte de conocer el mundo.
Creo que la pregunta nos delata al mismo tiempo. Supongo que nos traiciona nuestro subconsciente por esperar que pueda haber algo en la vida que no nos cueste aprender. ¿Quién no sueña con aprender algo sin poner el mínimo esfuerzo? Evidentemente todo requiere su esfuerzo.

Admiramos a aquellas personas que han llegado a un buen dominio de una materia, sea por haber estudiado medicina, tocar varios instrumentos musicales, saber arreglar coches o hablar una serie de idiomas.
En el fondo sabemos que «las cosas no caen del cielo».
Sin embargo, si sentimos más que pura curiosidad y tenemos verdadero interés por aprender un idioma, la pregunta por el grado de su dificultad resulta contraproducente. Lo importante es lanzarse. No importa lo difícil que resulte. Además, las dificultades pueden ser incluso un incentivo y suponer un reto atractivo.
Ten en cuenta que muy a menudo se trata de conseguir un objetivo comunicativo. Puede ser que cometamos incorrecciones a la hora de hablar pero la meta comunicativa está por encima, me refiero a la sensación de éxito que genera la experiencia de conseguir comprar un billete de tren en otro idioma o de entender las indicaciones recibidas para llegar a un destino.
LOS GRADOS DE DIFICULTAD DE DIFERENTES IDIOMAS

A pesar de los diferentes aspectos a tener en cuenta, intentaré dar una respuesta a la pregunta: ¿Qué idiomas nos resultarán más o menos difíciles y por qué?
LAS LENGUAS ROMÁNICAS
Para un/a español/a serán probablemente los idiomas más fáciles de aprender. Entre ellos sobro todo los más similares en vocabulario, reglas gramaticales y pronunciación que son: el portugués (sobre todo el portugués brasileño), los otros idiomas autóctonos de España de raíz románica (el gallego, el catalán, el valenciano, el aranés etc.), el occitano, el corso, el provenzal, el italiano y las otras lenguas románicas en territorio italiano.
El francés, el rumano y reto-romano (propio de Suiza) ya se alejan más en vocabulario, escritura y pronunciación y resultan por tanto algo más difíciles por eso.

Una de las mayores dificultades de las lenguas románicas está en familiarizarse con un gran abanico de tiempos verbales, las tablas de conjugación y el uso de los tiempos y las formas en la práctica.
No todos los idiomas hacen una distinción entre los verbos ser y estar, el condicional y subjuntivo o el indefinido y el imperfecto como por ejemplo el castellano.
EL INGLÉS
El inglés es considerado un idioma de aprendizaje fácil. ¿Por qué?
Básicamente por la gran ausencia de formas diferentes de artículos, conjugaciones o declinaciones. Esto hace que el/la principiante del inglés a menudo avance bastante rápido. Sin embargo, es un idioma extremadamente rico en vocabulario. A nivel avanzado es un idioma en el cual nunca llegas ni cerca a la perfección. Siempre te quedan vocablos por descubrir. Aparte, la falta de reglas claramente definidas hace que muy a menudo se tengan que aprender las estructuras de memoria, por ejemplo en cuanto a los verbos que van con infinitivo o gerundio.

Un criterio que se aplica mucho para un grado de dificultad de un idioma es el de la complejidad gramatical.
He leído que el gobierno estadounidense ha establecido una valoración para su cuerpo diplomático y militar que distingue los idiomas en diferentes grados de dificultad.
¡Ojo, claro está, estos criterios se rigen por criterios de personas nativas del inglés!
Según estos criterios el idioma extranjero más fácil sería el holandés, bastante similar al alemán en su origen, por gran parte de vocabulario y pronunciación y con pocas formas gramaticales en conjugación, artículos y declinaciones. Le siguen otros idiomas germánicos del norte de Europa (el sueco, el danés, el noruego). Curiosamente el castellano y las otras lenguas románicas están en su valoración por delante del alemán.
¿Por qué resulta curioso?
Porque el inglés es considerado una lengua germano-occidental de raíz conjunta con el alemán. Habría pensado que desde la perspectiva de un país anglosajón se consideraría el alemán más fácil que el castellano.
Los idiomas valorados como los más difíciles son aquellos «exóticos» de estructuras lingüísticas muy diferentes, en forma de otro alfabeto como el ruso, el árabe y las lenguas asiáticas. Sin embargo, hay también lenguas europeas que parten de nuestro alfabeto pero son de una gramática bastante compleja, entre ellos destacan -parece ser- el húngaro y el polaco.
Al fin y al cabo, si una lengua resulta difícil siempre depende de la perspectiva. Queda claro, que un coreano tendrá probablemente las mismas dificultades para familiarizarse con nuestro alfabeto que nosotros con el suyo.
Desde luego, según la clasificación en grados de dificultad de idiomas de Mosalingua del año 2015, el primer lugar lo ocupa el chino mandarín, seguido del árabe y el ruso. Por los motivos explicados al principio, hay que tomar estos datos con mucha cautela, ya que esto depende de demasiados factores.
Tampoco tengo claro si se han tomado en cuenta los más de 7200 idiomas que se hablan mundialmente. Aparte he leído otras fuentes que no consideran el chino tan difícil y en cambio destacan lo difícil que resulta el japonés. Me falta conocimiento para contrastarlo.
Otra estadística que he encontrado pone en primer lugar al húngaro por delante del árabe, ruso, polaco y chino mandarín. Se ve que la cuestión es bastante relativa.
EL ALEMÁN
¿Por qué se considera el alemán una lengua difícil?

Esto se debe a que el alemán dispone de diferentes artículos, conjugaciones y declinaciones; y los diferentes tiempos verbales quedan por aprender como en todos los idiomas.
También es cierto que se mantiene complejo a un nivel más avanzado, pero aun así, hay una serie de aspectos que se pueden aprender con bastante facilidad y que tienen similitud con el castellano o francés. Muchas palabras en alemán son de origen románico.
Yo personalmente no creo que sea mucho más difícil que el castellano.
EL ÁRABE

El árabe es ampliamente considerado el idioma más difícil del mundo y, sin duda, es una lengua fascinante. Se estima que dispone de 12 millones de palabras. Ninguna lengua tiene tantas.
Además, el abanico de diferentes dialectos locales y estándares nacionales es inmenso sobre un área geográfica enorme. Por lo que tengo entendido, un marroquí y un sirio tendrían sus dificultades para entenderse.
LO QUE TIENEN TODOS LOS IDIOMAS EN COMÚN

Sin duda, podría entrar ahora más en detalle en las dificultades del ruso, japonés (que también es considerado muy difícil), chino, coreano, húngaro, polaco y no sé cuántas lenguas más.
Sea como sea, parece que la pregunta «¿Cuáles son los idiomas más difíciles del mundo?» no se puede contestar con certeza absoluta.
¡Además, en el mundo existen más de 7200 lenguas!
Es obvio que todos estos idiomas tendrán sus respectivas dificultades, probablemente hasta tal punto que ningún idioma se quede a salvo de encontrarle sus pegas. Pero esto no tiene por qué frenarnos en nuestro empeño de aprender lo que nos propongamos.
¡Seamos sinceros! La mayoría de nosotros preferimos aprender algo que resulte más fácil y a nuestro alcance, que algo que consideramos difícil de entrada. Por eso, igual conviene contestar la pregunta con la respuesta: Todos los idiomas son fáciles de aprender.

Corremos el riesgo de crear falsas expectativas, pero también es cierto que, el caminante que se queja de lo alta que está la montaña, tendrá más problemas subiéndola que aquel que la sube sin rechistar.
Todo éxito se mide por el empeño y la motivación de conseguir una meta.
En el aprendizaje de una lengua también puede variar la meta entre dominar una lengua casi a la perfección o lo suficientemente bien para defenderse en diferentes contextos. El objetivo (por mínimo que sea) no deja que ser un objetivo.
Por esto es irrelevante si un idioma es fácil o difícil de aprender. Ni nos tiene que preocupar.
¡Adelante!