La traducción, clave en el aprendizaje de un idioma
La enseñanza de los idiomas extranjeros pone cada vez más el enfoque en la interacción de los cuatro campos lingüísticos: hablar, entender, leer y escribir, naturalmente acompañado de la enseñanza de los aspectos gramaticales, fonéticos y semánticos (el vocabulario).
Por suerte, nos estamos alejando del concepto clásico de la enseñanza escolar, que partía de la idea errónea que aprendiendo la gramática de un idioma se aprende el idioma. Desgraciadamente, queda todavía demasiado de este concepto desfasado en la enseñanza estatal.

¿QUÉ RELEVANCIA TIENE ENTONCES LA TRADUCCIÓN COMO RECURSO EN EL APRENDIZAJE DE UN IDIOMA?
La respuesta a la pregunta es bastante compleja y depende mucho a qué nos referimos cuando hablamos de la traducción.

¿Nos referimos a la traducción como un recurso básico y extremadamente útil para entender y asimilar las palabras y los mensajes correspondientes en otro idioma?
¿Pensamos en la traducción literal de las palabras de una lengua a otra cuando intentamos expresar ideas?
¿Estamos hablando de la traducción como técnica a un alto nivel de dominio de un idioma extranjero, como por ejemplo de textos literarios o traducciones técnicas o judiciales?
Mientras que en el primer contexto nos va a resultar muy útil, en el segundo en cambio, puede resultar bastante perjudicial para el aprendizaje.

En el caso del tercer contexto estamos hablando ya de un nivel que se acerca al de maestría, ya que traducir a un nivel tan alto requiere unos conocimientos y el dominio de técnicas muy desarrolladas.
1. LA TRADUCCIÓN COMO RECURSO BÁSICO
El alumno, que aprenda que silla es chair en inglés, recurre a la traducción como impulso innato. Sin aprender y memorizar como se traducen las palabras de un idioma a otro, no vamos a aprender otro idioma. Nos quedamos estancados. Esto lo hacemos principalmente a través de la traducción, sea de los objetos físicos en nuestro entorno o de conceptos abstractos.

De un cierto modo, lo hacemos incluso de niños en nuestra lengua materna cuando por enésima vez oímos de la boca de nuestros más próximos la palabra silla y la llegamos a asociar visualmente con el objeto.
La diferencia está en el hecho que hacemos una traducción visual no conceptual, que es precisamente la que llamamos comúnmente traducción.
En un caso lo llamamos asociación, en el otro traducción.
Llegar a una palabra a través de la asociación suele ser un proceso inmediato, mientras que la traducción funciona de un modo más lento y espeso. Por este motivo, es preferible dejar de traducir las palabras conscientemente a partir de un cierto nivel.
¿A QUÉ SE REFIEREN NUESTROS PROFESORES CUANDO NOS ADVIERTEN DE QUE DEBEMOS DEJAR DE TRADUCIR?
Mientras que las palabras y incluso las frases completas las podemos traducir palabra por palabra de modo correcto, no hay nada que objetar a la traducción. A un nivel de principiante suele funcionar bastante. La frase «John está enfermo» coincide palabra por palabra con «John is ill».

A partir de un cierto nivel – y lógicamente dependiendo de las estructuras lingüísticas de cada lengua – entran ciertos aspectos, que por gramática o estructuras no coinciden entre los diferentes idiomas. La traducción literal palabra por palabra resulta entonces perjudicial, y esto lleva a formulaciones horrorosas y de difícil comprensión en la otra lengua.
Las diferencias empiezan con que en inglés y alemán se utiliza el verbo ser para expresar la edad. El verbo tener no tiene ningún sentido en este contexto. Como probablemente sabes, la frase: «Tengo 27 años» se traduce literalmente en su formulación correcta con: «Yo soy 27 (años viejo)».

El inglés recurre mucho a la forma gramatical del gerundio, que es la transformación de un verbo a un sustantivo (ejemplo: el verbo comer al nombre el comer/estar comiendo). Esta forma se expresa con -ing.
En lugar de decir: «Nadar es fantástico» estaría formulándolo en inglés de tipo «El (estar) nadando es fantástico». No digo. «Swim is great» ni tampoco «To swim is great» sino «Swimming is great», y de un modo muy similar diría «I like swimming» en lugar de «I like swim».
En alemán el uso de verbos modales requiere la posición del verbo de la frase en forma de infinitivo al final de frase. La frase «No puedo venir mañana» se traduce literalmente de modo correcto al alemán con «Yo puedo mañana no venir». ¿Cómo te suena esta frase en castellano? Fatal, ¿o no?.

¡Pues, a un alemán le suena igual de fatal la posición incorrecta en la traducción literal hacia el alemán!
¿CÓMO LLEGO ENTONCES A ESTE GRADO DE DOMINIO?
El aprendizaje de un idioma es un proceso que requiere muchos años de práctica e implicación. ¡Si tenemos en cuenta que no llegamos ni a la perfección en nuestra lengua materna, ya te puedes imaginar lo complejo que es aprender un idioma extranjero!
Conviene prestar especial atención a aquellas estructuras que conviene memorizar como estructuras hechas, por ejemplo traduciéndolas para asimilar como «funcionan» en el otro idioma.

Un ejemplo: En alemán: «Me gusta bailar» se traduce literalmente como «Yo bailo con gusto».
Así le das el significado que toca a cada palabra.
Esto ayuda a entender como empleamos las estructuras hechas.
La traducción ayuda precisamente para no traducir las palabras literalmente, sino desde la estructura hecha.
¿QUÉ CONSEJO ME DARÍAS PARA ENFOCAR MI PROGRESO?
Mi principal consejo es: Subir el listón poco a poco. Para conseguir el salto de altitud a un metro ochenta, primero tengo que pasar la barra a un metro cincuenta.
Más bien vale expresarse en un idioma extranjero de modo sencillo y correcto que complicado e incorrecto.

Para llegar al primer escalón el recurso de la traducción es un gran apoyo.
Para el segundo necesito asimilar en qué aspectos el idioma, que estoy aprendiendo, funciona de maneras diferentes.
¿A qué me refiero con bajar el listón en la práctica?
Es comprensible que me quiera expresar en otro idioma como en el mío, pero también es normal que al nivel de principiante o intermedio una serie de cosas no las puedo expresar todavía de un modo muy elaborado.
Imaginemos que me quiero presentar. No hay nada que objetar a que me presente con frases cortas sobre diferentes aspectos de mi vida. Igual basta recurrir al simple recurso de unir las frases con y/o/pero.
A estas alturas conviene ignorar todo tipo de expresiones discursivas de tipo sin embargo/aunque/a pesar de esto/porque/por eso… La presentación resultará muy natural, incluso sin ellas si tenemos en cuenta que a la hora de hablar tenemos de todos modos una mayor tendencia de acortar las frases. Lo que hará tu presentación natural es tu modulación natural de voz, quiero decir: la entonación; las subidas y bajadas de tono y las pequeñas pausas en medio.

Tu presentación será posiblemente más o menos así:
«Me llamo Nadia. Soy de Canarias pero vivo en Madrid. Tengo 27 años y estoy casada. No tengo hijos. tengo un gato y mi gato tiene tres años…»
¿Es preciso que te presentes del siguiente modo del que probablemente te faltan todavía los recursos para formularlo bien?
«A pesar de ser originariamente de Canarias, llevo ahora cinco años viviendo en Madrid, lo cual me gusta un montón ya que….»
Diciendo esto, no estoy en contra de que te expreses de un modo más elaborado. ¡Pero ten en cuenta lo siguiente!
En lugar de recurrir a formulaciones muy enredadas, podemos expresar las mismas ideas a menudo de maneras mucho más sencillas. No por expresarme de modo más complicado, será automáticamente mejor. Te puedes imaginar lo horroroso que resulta que constantemente te interrumpas a ti mismo preguntando «¿Cómo digo sin embargo?». Encima, te aseguro que – siempre que no dispongas del nivel adecuado – tus formulaciones estarán muy probablemente llenas de incorrecciones, y en parte muy básicas porque no llegas a mantener la concentración para formular tus ideas de un modo lo suficientemente correcto a un nivel tan elevado.
¿Cuál ha sido el error?
Simplemente has puesto el listón demasiado alto.
Para llegar a este nivel hace falta
- Años de práctica del aprendizaje, posiblemente cursos y estancias en países de lengua nativa
- Haber llegado a la capacidad de pensar y expresarse inmediatamente en el idioma extranjero
- Haber llegado a un alto nivel de fluidez y naturalidad a la hora de hablar
Llegado a este nivel, tus incorrecciones se limitarán probablemente al mal uso de palabras en momentos aislados, una pronunciación no del todo acertada, la falta de vocabulario en algún momento o alguna incorrección gramatical, pero todo esto no afectando demasiado la comprensión general.
Conseguir esto ya es un grandísimo éxito.

Aparte de los años de estudio, obviamente también son los recursos didácticos, en forma de libros de enseñanza y material audio-visual e informático que te llevará a este nivel.

Sinceramente pienso que todo se puede reducir a mi lema de antes:
Vale mil veces más el dominio de un idioma extranjero a un nivel más sencillo y adaptado al propio nivel,… que un uso demasiado ambicioso, complejo e incorrecto.
Estoy convencido que aplicando este lema a tu nivel respectivo de cada momento, llegarás poco a poco cada vez más al nivel más alto. Dejarás de recurrir a las traducciones literales y entrenarás la flexibilidad en la busca de otras formulaciones que te sirven de paso.
EN LUGAR DE TRADUCIR TUS IDEAS PRESTA MÁS ATENCIÓN A UNA BUENA FONÉTICA
Para expresarse bien en un idioma extranjero conviene además, tener otros factores en cuenta. Me refiero a aspectos fonéticos, principalmente en relación con la entonación natural de la lengua.

Resulta importante a la hora de hablar
- Hablar pausadamente sin atropellos
- Modular la voz de un modo natural aplicando ligeras subidas y bajadas de tono y haciendo pequeñas pausas cuando sean convenientes que ayudan para desarrollar las ideas mejor
- Utilizar de vez en cuando palabras y sonidos de relleno en forma de «well/gut/bien» o «em»
- Sin llegar, por supuesto, a un uso demasiado repetitivo de los mismos recursos, que resulta en un automatismo feo, por ejemplo por añadir constantemente «actually/eigentlich/de hecho»
- Respirar profundamente y de modo relajado
Un buen uso de estos recursos fonéticos ayuda también en minimizar el error de caer en las traducciones palabra por palabra y abre más vías a encontrar otras formulaciones libremente.