Entre las primeras frases que aprendemos en un idioma extranjero está la pregunta: ¿hablas inglés/alemán/francés…?
Aquí te ofrecemos algunos consejos para hablar correctamente un idioma.

La pregunta es sintomática. Por algo asociamos el dominio de una lengua con nuestra capacidad de expresarnos en esta. La capacidad de expresión oral es la puerta al mundo.
La vida diaria nos expone constantemente a situaciones en las que entramos en contacto comunicativo con otras personas. Esto empieza con la vecina que saludamos en la escalera.
Las situaciones que pueden darse son múltiples, como por ejemplo:
- Presentarnos describiendo toda una serie de aspectos de nuestra persona.
- La compra de todos los días.
- Reservar una mesa y pedir algo en un restaurante.
- Preguntar por el camino en un lugar desconocido.
- Embarcar en un vuelo.
- Comprar un billete de tren.
- Registrarse en un hotel.
- Llevar el coche al taller.
- Ir a la consulta del médico.
- Hacer una gestión administrativa.
- Etc.
Todas estas situaciones requieren de nuestra capacidad comunicativa para desenvolvernos con fluidez y con la suficiente presencia. La situación de encontramos en otro país con una lengua materna diferente, nos exige conseguirlo en el idioma de ese país o como alternativa recurriendo al inglés.
Por este motivo, en TipTop languagues le damos mucha importancia a la práctica oral. Por mucho que nuestra principal motivación por aprender un idioma puede estar en entender las obras de compositores y escritores clásicos en versión original, siempre partimos de una base comunicativa común y esta se mide en nuestra capacidad comunicativa en las situaciones comunes.
Aún así, nunca debemos perder de vista que la comunicación está muy estrechamente vinculada con la comprensión.
Lo ilustraré con un ejemplo: hace unos años, en un viaje de fin de semana a Polonia me compré un librito llamado «¿Cómo se dice en polaco…?» o un título similar.
El libro contenía una serie de frases y preguntas estándar más o menos útiles, desde «¿Dónde está la estación por favor?», hasta «¿Tiene una percha para mí?».
De hecho, me encontré en la situación de buscar el camino de vuelta a la estación y por suerte, encontré la pregunta adecuada en mi librito; pero no hubo forma de encontrar la respuesta correspondiente en el libro; y hasta hoy en día, sólo puedo suponer lo que el señor al que me dirigí me estaba contestando.
Los continuos avances tecnológicos, nos lo van haciendo cada vez más fácil, pero esto no resta que haya una relación muy estrecha entre hablar y entender un idioma. No sirve para mucho llegar la perfección en un aspecto sin llegar al otro.
¿De qué modo puedo mejorar entonces mi capacidad de expresión oral?
Primero, es esencial que pierdas el miedo a hablar. El miedo a hablar un idioma extranjero viene principalmente del miedo a equivocarse y exponerse así a la vergüenza pública, sea por una pronunciación no acertada, el mal uso de una palabra, incorrecciones gramaticales o todo a la vez.
Deberías perder la preocupación de cómo te ven los demás. Cada estudiante está lo suficientemente ocupado con su propio progreso. En realidad, te observarán y juzgarán mucho menos de lo que piensas.
Sal de la perspectiva del monitor. Es bastante más probable que los demás te juzguen más por tu valentía de dar un paso adelante y lanzarte a hablar el idioma, aunque sea con incorrecciones. Valorarán internamente más esto que tus errores; y si son «nativos» siempre apreciarán tu esfuerzo por hablar su lengua. Además, todos sabemos que nadie es perfecto.
Una vez en el camino de superar el miedo, te recomiendo una serie de ejercicios y técnicas comunicativas. Desde mi propia experiencia te puedo dar los siguientes consejos:
1. LA PRÁCTICA COMUNICATIVA EN FORMA DE DIÁLOGOS.
Imagínate por ejemplo dos o tres personas que se están presentando entre ellas, sea en un contexto informal (una está presentando a un amigo a una tercera persona), o en un contexto formal (varias personas del mundo de los negocios. A un nivel básico, te brinda muchas posibilidades de llevar a la práctica las formulaciones propias del contexto, incluso lo puedes llevar a un diálogo más amplio. Este ejercicio se puede llevar a la práctica de modo escrito o también en forma de práctica mental, por ejemplo al estar dando un paseo con el perro o sentado el metro.
2. LOS MONÓLOGOS TEMÁTICOS.
Un monólogo temático puede consistir en imaginarse un contexto, por ejemplo una presentación mía o de una tercera persona (posiblemente inventada) contando acerca de su personalidad, carácter, aspecto físico, forma de vestir, etc. Puedo sacar ciertos aspectos y convertirlos en un tema, por ejemplo un día común en la vida, mis hábitos de compra, la familia, etc. Se puede llevar la práctica en forma de redacción o como monólogo en un momento adecuado.
3. LA PRÁCTICA COMUNICATIVA EN FORMA DE DESCRIBIR IMÁGENES DE PAISAJES, COMPARAR E INTERPRETAR IMÁGENES Y CONVERTIRLAS EN UN TEMA DE CONVERSACIÓN.
Los exámenes orales de inglés a un nivel de B1 y B2, parten de este tipo de práctica comunicativa. Se trata de exponer una serie de ideas en base a ilustraciones que permiten llevar el tema a una interacción entre dos candidatos. Inspírate en lo que puedes decir sobre la imagen. Este ejercicio permite llevar a la práctica muchas áreas de vocabulario y exponer ideas de un modo bastante amplio. La imagen puede servir para ponerla en el marco de un tema, por ejemplo: viajes, diferentes culturas, la casa, etc.
4. LA BUSQUEDA DE SITUACIONES COMUNICATIVAS EN EL IDIOMA QUE ESTÁS APRENDIENDO.
Una muy buena idea para intensificar tu práctica lingüística, está en buscar activamente entornos que te permitan llevar el idioma a la práctica, como pueden ser: asociaciones de vecinos, clubs de baile u otros deportes, etc. La mejor práctica es la inmersión lingüística. Sin duda, encuentras una forma de poder practicar el idioma en tu entorno social.
Te deseo suerte con tu progreso y espero que mis consejos te hayan servido.
Artículos relacionados:
Nuestro enfoque en la enseñanza