En este artículo me propongo facilitar algunos consejos para aprender bien otros idiomas. Cuando te dispones a aprender una lengua extranjera, tarde o temprano te vienen una serie de preguntas a la cabeza, preguntas como:
- ¿Qué método debo aplicar?
- ¿Qué puedo hacer para mejorar
- ¿Conviene cambiar algo en mi forma de estudiar?
- ¿Dónde me fallan mis recursos?
- ¿Cómo me saco un determinado título?
Métodos para aprender un idioma hay tantos como profesores y alumnos. Hoy en día, las nuevas tecnologías brindan muchas posibilidades en el aprendizaje de idiomas que antes no existían como por ejemplo cursos online o vídeos en YouTube y, por cierto, hay muy buenos profesores con sus canales en YouTube que sólo puedo recomendar ya que son muy útiles como método complementario.

Conviene tener claro que cada profesor/a tiene su propio enfoque y cada alumno/a su propia forma de estudiar. Lo que vale para uno, no necesariamente vale igual para otro. Hay personas que optan por ejemplo por adquirir recursos en forma de aprender principalmente frases y estructuras hechas, otras prefieren desenvolverse de un modo más libre; algunas personas son más pragmáticas, otras más espirituales.
A pesar de los muchos enfoques diferentes, existen una serie de pautas que son de carácter general, y se trata exactamente de estas de las que quiero hablar hoy.
LA CREATIVIDAD PROPIA
¿Cómo debo enfocar mi forma de estudio?
Muchos estudiantes cometen el error de mantenerse pasivos, como si estuvieran sentados como público en un teatro. NO, el aprender un idioma requiere de tu propia implicación. En lugar de esperar que tu profesor te mande ejercicios, ¡inspírate tú en lo que puedes hacer!
Los profesores estamos normalmente gratamente a disposición para buscar ejercicios de refuerzo, pero el progreso muy a menudo no está tanto en la teoría sino en la práctica comunicativa. ¡Proponte tú mismo/a ejercicios comunicativos por ejemplo pequeñas redacciones que pueden ser: una presentación mía, un día normal en mi vida, mis mejores vacaciones, un diálogo de compra en un restaurante! ¡Inspírate con ilustraciones para describirlas o inventarte un diálogo o una pequeña historia!

Lo bueno es: tú sabes a qué nivel estás. ¡Tú mismo/a adapta tu enfoque! A un nivel intermedio–alto te llevará a pensar: voy a llevar a la práctica en esta redacción una serie de conjunciones y expresiones discursivas para darle un toque más elaborado.
Una muy buena forma de mantener activo el vocabulario y practicar la fluidez, son los monólogos en un momento dado; por ejemplo, paseando al perro se me ocurre repasar la ropa o pienso en cómo pedir una barra de pan en alemán.
LA ACTITUD
¿Qué actitud conviene tener para conseguir mis logros?
Las profecías auto–cumplidas negativas son el peor veneno para el progreso. El/la estudiante que se reafirma diciéndose: «esto no lo voy a conseguir en mi vida» no va a conseguir el objetivo. Igual de importante es proponerse metas realistas. Por mucho que quisiera ser presidente de Estados Unidos, igual me faltan los recursos para llegar allí. Proponiéndome metas que puedo conseguir sabiendo de cuánto tiempo dispongo para estudiar me estoy planteando un objetivo absolutamente realista.
LA DEDICACIÓN Y CONSTANCIA
¿Cuánto tiempo voy a tener a disposición? ¿Cómo establezco unos hábitos de estudio?
El aprendizaje de un idioma requiere dedicación y constancia igualmente como mantenerse en forma física, aprender un instrumento musical o la dedicación a la pintura. Para conseguir tus objetivos tienes que ser realista. Difícilmente vas a poder aprobar el examen de un nivel B2 o incluso C sin invertir mucho tiempo de estudio y encima eficazmente. Para esto es imprescindible establecer hábitos de estudio de varias horas durante la semana.
EL MÉTODO
¿Qué método me recomendarías?
Procuro abarcar en clase los cuatro campos lingüísticos más práctica de gramática y pronunciación.
¿Cuáles son los cuatro campos lingüísticos?
- Hablar
- Comprender
- Leer
- Escribir
La la interacción de los cuatro campos es fundamental. Todos ellos se complementan de alguna forma. La lectura me proporciona el vocabulario y la práctica de estructuras y de pronunciación que después resulta beneficiosa a la hora de hablar y comprender. Escuchando diálogos aprendo palabras que me vienen bien a la hora de hablar o redactar un texto, etc.
Encima, la práctica de los cuatro campos lingüísticos, hace mi aprendizaje más ameno por no recurrir siempre al mismo área.
Te recomendaría fortalecer específicamente aquellos campos que más te cuestan. Si te cuesta hablar, intenta ganar confianza hablándote a ti mismo/a. Si te cuesta comprender el idioma, escucha grabaciones a tu nivel. ¡Y no te desmotives si te resulta demasiado difícil! Simplemente bajas un escalón. En tal caso, te ha servido como estudio o observación socio–cultural.
LA GRAMÁTICA
¿Qué importancia le das a la gramática?

En el sistema clásico escolar siempre se le ha dado excesiva importancia a la gramática, sencillamente por ser el área más fácil para someterlo a un sistema de evaluaciones y notas. Desgraciadamente, así se envían mensajes erróneos como si aprendiendo la gramática de un idioma se aprende una lengua. La gramática es una herramienta más y, de cierto modo, el fundamento de la casa.
Ignorando las reglas gramaticales, puedes llegar a un cierto grado de comunicación y de hecho, muchos inmigrantes aprenden el idioma en la calle por falta de recursos. Raras veces llegan a aprender bien el idioma sin ningún tipo de instrucción gramatical. Todos sabemos lo difícil y molesto que puede resultar escuchar a una persona que comete muchas incorrecciones. Las formas de conjugación y el uso correcto de los tiempos verbales es bastante básico en un idioma. Más allá conviene saber cómo aplicar las reglas establecidas de formular frases condicionales, frases en pasiva o frases indirectas por ejemplo. No obstante, no se debe separar la gramática de la finalidad comunicativa.
Quiero comunicarme en el idioma. No quiero aprender gramática ¿Me puedes enseñar así?
Me encantan los cursos de práctica comunicativa, pero estos cursos parten de la base de tener un dominio de aspectos gramaticales imprescindibles. La gramática forma parte esencial de una lengua. Me temo que no la podamos ignorar por completo pero hay formas de enseñarla de modo interesante y divertido.
LA PRONUNCIACIÓN
¿Qué importancia le das a la pronunciación?
En realidad debemos llamarla «fonética» ya que hay otros aspectos de igual importancia en este campo como pueden ser la entonación de las frases (pausas, subidas y bajadas de tono), la entonación de las sílabas y la tendencia de fusionar palabras y de omitir sílabas.

Con la fonética de un idioma pasa lo mismo que con la gramática. Una falta de corrección gramatical puede ser un impedimento grave para la comprensión y como mínimo resultar molesta. Con una pronunciación y entonación poco acertada pasa lo mismo. Sin embargo, no necesariamente consiste la meta en llegar a la precisión y corrección de una persona «nativa».
¿Qué puedo hacer si no llego a pronunciar bien ciertos fonemas?
Si no llegas a una buena pronunciación de ciertos fonemas, a pesar de muchos años de práctica, caben diferentes posibilidades.
- El apoyo de un logopeda.
- La aceptación de este «defecto» como rasgo particular.
- Más empeño y paciencia (posiblemente con ejercicios de logopedia de modo autodidacta).
¿Es importante que hable como un nativo, que piensas tú?
Pienso que es relativo. Todo depende de tus propias aspiraciones. Si tu objetivo es llegar a hablar de una forma que te puedan confundir con un americano o una inglesa, depende de ti. Creo que la clave no está en esto, sino en saber desenvolverse en el idioma con la suficiente fluidez, corrección y naturalidad para sentirse parte del colectivo que forma parte de la lengua y cultura asociada.
Yo personalmente no me identifico con hablar como un vaquero texano o una dama de la corte inglesa. Ni pretendo llegar a este nivel. O el de adquirir un cierto dialecto local. Si tenemos en cuenta el amplio abanico de acentos y dialectos locales, creo que tampoco es preciso llegar a unos objetivos de extrema perfección.
¿Qué consejos darías para prepararse bien para un examen?

La preparación para un examen es un punto complicado. Nadie tiene una vara mágica para decir: «¡Haz esto y te va a salir bien!» Sería poco ético decir esto. Además, influyen un montón de factores -aparte de la preparación temática – como el nerviosismo ante exámenes, el carácter de cada uno/a, los hábitos de estudio, la forma de vivir, el sueño de la noche anterior, las complicaciones de la vida o de una mañana truncada justo antes del examen, etc. Los últimos factores igual se pueden prevenir con una buena organización del día.
Sea como sea, cualquier preparación para un examen requiere estar bien familiarizado con:
La materia y el formato del examen.
En cuanto a la materia, se sobre-entiende que requiere un conocimiento profundo con mucha dedicación de estudio. Para encaminarlo conviene el apoyo de un tutor lo suficientemente cualificado que te guíe y prepare de la mejor forma para el examen, sobre todo a nivel académico.
¿Cómo me preparo bien para un examen oral?
Para que salga bien un examen oral hay varios factores importantes:
- Buena presencia, autoconfianza, interacción abierta y comunicativa.
- Una buena mezcla entre tensión positiva y relajación.
- Buenos recursos retóricos a la hora de hablar.
- Sensibilidad para la situación
Los primeros aspectos son los aspectos psicológicos esenciales para tener en cuenta la situación. Todo lo que inspire confianza e interacción abierta y positiva será de apoyo. Con tensión positiva me refiero a la preparación mental de un jugador de fútbol con ganas de salir al campo y la suficiente confianza de hacerlo bien. No obstante, conviene estar algo relajado. Allí ayudan los recursos retóricos como por ejemplo los siguientes.
RECURSOS RETÓRICOS
- Hablar pausado, desarrollando las ideas en bloques coherentes y bien estructurados.
- Modular la voz, «jugando» con palabras de relleno (sin exceso) que permiten hablar de un modo controlado.
Suelo establecer la comparación con conducir el coche. Tú conduces el coche y decides cuando cambias de marcha, cuando aceleras y ralentizas anticipando las condiciones en la carretera. Por este motivo, tampoco conviene hablar demasiado deprisa. Corres peligro de que se te «vaya el coche» o que «no veas una señal». Conviene tomar la situación como una pequeña charla. El estrés mental es contraproducente. También es importante que tengas la suficiente sensibilidad para la situación que te permite prestar atención a las preguntas del examinador en lugar de soltar un discurso aprendido. La situación requiere un grado de flexibilidad mental.
Sesiones de exámenes de prueba (simulaciones de exámenes) ayudan mucho a estar bien preparado/a para la situación. En el peor de los casos, te sale mal ¿y que? La vida sigue con todas las bonitas vivencias que tenemos por delante.
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