Una política de referencia internacional

¿Por qué he decidido escribir un blog sobre Angela Merkel?
Normalmente huimos un poco de hablar de la política por considerar que el tema es delicado y puede llevarnos fácilmente a enfrentamientos entre diferentes opiniones. Muchos evitan hablar de asuntos políticos por considerarlos insípidos y poco inspiradores para generar vibraciones positivas, que tanto necesitamos para distraernos de la rutina y los problemas del día a día.
No obstante, hablar de política -o en este caso aún más de una política en concreto- puede ser altamente interesante e inspirador. De hecho, me ha pasado frecuentemente que personas en mi entorno me han preguntado qué pienso de Angela Merkel y su política.
Sin la menor duda, Angela Merkel ha dejado huella a nivel internacional, y al decirlo así, no me refiero tanto a los efectos de su política en sí, sino más al impacto que ha dejado en las personas mucho más allá de las fronteras de Alemania.
Angela Merkel se ha convertido en una persona de referencia en la política internacional y creo que se puede decir en el sentido positivo de la palabra, por haber generado una sensación de estabilidad, de equilibrio y de moderación ante políticos de un perfil como Donald Trump, Vladimir Putin o Recep Erdogan, entre otros. Su firmeza ante estos líderes le ha aportado muchas simpatías a nivel internacional.
Su gestión
Indistintamente de lo que podamos opinar personalmente sobre Angela Merkel y su gestión política, nos ha acompañado los últimos 16 años como máxima mandataria de Alemania. Los líderes internacionales venían y se marchaban. Angela Merkel se mantenía en el cargo. Sin embargo, su política no se ha quedado exenta de críticas feroces.
Al fin y al cabo, se podrá decir que su gestión política quedará mejor valorada a nivel internacional que nacional. Su visión pragmática la llevaba muy a menudo a cambios más o menos repentinos en sus criterios políticos. La opinión pública alemana la ha tachado muy a menudo de política oportunista por convertirse «de una defensora de la energía nuclear a una detractora de la misma», desde el accidente en la planta nuclear de Fukushima.
Angela Merkel sabía muy bien «vender» su política. Ponía al partido socialdemócrata contra la pared con una política más social que la suya y dejaba a los verdes en evidencia cuando Merkel se inclinaba hacia una política -por lo menos aparentemente- más ecologista. Alemania sigue estando lejos de cumplir con los objetivos de lucha contra el cambio climático, pero ha iniciado una política de salida del carbón y hacia el fomento de los coches eléctricos, temas clásicos en la agenda ecologista.
Su decisión de acogida de un millón de refugiados en el año 2015, en momentos de una crisis migratoria tremenda, le generó muchas críticas internas. Su famoso lema de «Wir schaffen das» («Lo conseguiremos») refiriéndose a la integración de tantos refugiados, se quedó en entredicho cuando se vieron los problemas masivos en la gestión del alojamiento, de los subsidios y del estatus laboral y social de los inmigrantes.
Muchos alemanes con la «soga en el cuello» criticaban la política de la canciller por ser demasiado benévola con los refugiados cuando dejaba abandonada a la propia población (según su propia argumentación). La decisión de retirarse de la política fue una consecuencia de esta percepción que llevó a una caída drástica de su popularidad en Alemania.
Creo que se podrá decir que a Angela Merkel le ha pasado algo similar a Michail Gorbachov, cuando el ex líder soviético decidió modernizar la sociedad comunista de entonces con su política de «perestroika» (re-estructuración) y «glasnost» (apertura). Como consecuencia de su política nacional, quedó mucho mejor valorada la política de Gorbachov a nivel internacional que nacional. Aún así, Angela Merkel sigue teniendo el apoyo de una parte importante de población que valora su mandato mayoritariamente positivo.
Mi intención en este blog tampoco es hacer partidismo de Angela Merkel, pero sí quiero destacar sobre todo el hecho de que -indistintamente de las críticas- esta mujer ha supuesto un antes y un después en la política, por unos criterios de integridad y coherencia sin buscar el protagonismo a toda costa o enriquecerse personalmente por sus influencias políticas como tantos otros lo han hecho a lo largo de la historia. Hasta sus más críticos reconocen sus criterios éticos.
Supongo que a muchos lectores que carecen de información de fondo de la biografía de Angela Merkel les resultará interesante saber algo de sus orígenes. Me imagino que se llegara a entender mejor lo que ha inspirado a esta mujer como hilo conductor de su gestión política, el conciliar una postura contundente con el objetivo de llegar al consenso social y político.
Sus orígenes
Angela Merkel nació en Hamburgo como hija de un pastor protestante. Siendo todavía muy pequeña, la Iglesia protestante le ofreció a su padre una congregación en el este de Alemania, lo cual supuso un traslado del antiguo oeste al este de Alemania. Su padre aceptó el puesto y la familia hizo la travesía opuesta a la que tantos deseaban.
El trabajo eclesiástico estaba obviamente mal valorado por los órganos del régimen comunista y ponía a los practicantes en una situación delicada. La misión de su padre consistía obviamente en conciliar las exigencias de un estado totalitario de régimen comunista, con la libertad religiosa y civil de la congregación.
Viendo toda la futura trayectoria de Angela Merkel, se puede dar por supuesto que esta misión diplomática difícil habrá dejado una huella marcada en ella.
Sus ideas
Angela Merkel se licenció en física y -a pesar de su carrera científica- su compromiso social y político la llevó hacia la política. En los tiempos de la caída del muro de Berlín en 1989/90 se incorporó al movimiento por los derechos civiles de la Alemania Oriental y poco después, con su afiliación al partido cristiano-demócrata buscó el ascenso a los altos rangos de la política donde el canciller Helmut Kohl se percató de ella y la convirtió en «hija prodigiosa» (la chica de Kohl).
Su ascenso al poder
Bajo el mandato de Kohl se convirtió en ministra de medio-ambiente. Aquellos años eran los últimos de la era Kohl, que estaba emborronada por un escándalo de financiación del partido que dejó a Kohl en muy mal lugar. Angela Merkel se atrevió a hacer lo que nadie se había atrevido: derrocar a Helmut Kohl. Consiguió el apoyo del partido y se convirtió en la futura líder del partido cristiano-demócrata que tras la época del gobierno social-demócrata-verde de Gerhard Schröder, llegó al poder en el año 2005.
Desde 2005 hasta 2021, ha estado gobernando Angela Merkel en diferentes coaliciones, y se ha quedado a muy poco de convertirse en la canciller más longeva de la historia alemana detrás de Helmut Kohl.
La percepción de Angela Merkel no encajaba con el perfil clásico de los políticos de la antigua Alemania del Oeste. Por eso, el aparato político no la tomaba lo suficientemente en serio como futura líder. Durante años permanecería en la sombra de Helmut Kohl como «su» chica; la chica que después se convirtió no sólo en la primera mujer canciller, sino también en la primera de la antigua Alemania Oriental.